Nicolas tiene dos papás y Colombia una doble moral.
Hasta hace un par de semanas,
Colombia entera se unía en una sola voz en contra de la muerte de Sergio
Urrego, un joven que fue discriminado, expulsado de su colegio, y perseguido,
hasta que no pudiendo más, tomó la decisión de suicidarse; ¿El motivo de esta
tragedia? Ser homosexual. Se protestó, los diarios se atiborraron reportando la
noticia, se inició un proceso en contra del colegio y su rectora, y parecía que
por primera vez el país se abría a entender que se homosexual no es una
enfermedad, ni un mal, ni una desgracia.
Pero no, resulta que hace pocos
días en Chile, salió un libro dedicado a niños llamado “Nicolás tiene dos papás”,
en forma de cuento, se busca abrir la mente a futuras generaciones, para no
discriminar a sus semejantes y poder aceptar las diferencias, debido a que es
mucho más sencillo cambiar una concepción del mundo a un niño que a un adulto
con prejuicios ya estipulados, recordando un poco la frase de Rousseau “El
hombre nace bueno, y la sociedad lo corrompe”.
Siendo que este libro fue lanzado
en el cono sur, la avalancha de comentarios en el país del divino niño no se
hicieron esperar, invocando los valores cristianos, la ética, buenas prácticas,
los derechos de los niños, la constitución, la biblia, el Corán, el libro
verde, Paquito lee, Condorito y hasta “los
derechos de los heterosexuales”, se armó un escándalo, debido a que
aparentemente, los niños no pueden enterarse de que a algunas personas le
gustan otras personas de su mismo sexo.
Yo me pregunto, ¿Cuáles son esos derechos
de los heterosexuales?, ¿Es que acaso lo que se promulgaron no fue la
Declaración Universal de los Derechos Humanos? O mejor, ¿Tal vez las personas
homosexuales no son considerados humanos?
Hace pocas semanas, el Papa
Francisco intentó “abrir las puertas”
de la iglesia católica a los homosexuales, como si fuera un favor que se les
hiciera, noticia que fue recibida con asombro por toda la comunidad católica, los
opositores a esto no se hicieron esperar, y donde las voces más progresistas les
parecía prudente aceptar a los homosexuales, siempre y cuando estos guardaran
castidad.
Siendo así el panorama, uno
no puede entender que quiere este pueblo
colombiano, que se queja del procurador por retrogrado, que se manifiesta
abiertamente en contra de matoneo en contra de un joven homosexual, pero cuando
se hace mención del matrimonio igualitario, y a la adopción por parejas del
mismo sexo, de forma inmediata se espantan porque se están violando los
principios moral y socialmente establecidos.
En lo personal, opino que si en
una pareja hay amor, no importa si es un hombre y una mujer, o dos hombres, o
dos mujeres; por ende, si esta pareja está dispuesta a darle a un niñ@ amor, buenos
tratos, enseñarle respeto, valores (si, valores, porque quien dijo que estar
con una persona del otro sexo es sinónimo de valores), educación, salud, etc., quedando
en un segundo plano el hecho de que dicha pareja sea homo o hetero. Además, ¿De
dónde nacen los homosexuales? De parejas heterosexuales, ¿No?
Por último, debo de decir que soy
una mujer hetero, me gustan los hombres, pero no por eso me veo en la necesidad
de decir que prefiero ver a un niño en un hogar con dos padres o dos madres, en
donde le den amor y respeto, antes que verlo en las calles pidiendo limosnas, o
en un hogar en el cual es maltratado y ultrajado. Debemos darles la posibilidad
a nuestros niños de crecer en un hogar con amor y dejar tanta doble moral.
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